El furgón DV-340.115 que acompaña al Tren de la Fresa ha sido restaurado por el Museo del Ferrocarril de Madrid.
Intefer (Integraciones Ferroviarias, S.L) ha concluido la restauración del furgón DV-340.115, construido en 1962, según el modelo de vagones cerrados de las serie 300.000, por la Compañía Euskalduna de Reparación y Construcción de Buques. Este furgón forma parte habitual de la composición del Tren de la Fresa desde el año 1984.
Sustitución de madera
Durante unas maniobras realizadas hace varios meses en la estación de Abroñigal, el furgón sufrió algunos desperfectos, aprovechando su necesaria reparación para restaurarlo por completo.
En el exterior, se ha sustituido la madera más deteriorada con un contrachapado de encolado fenólico, resistente al agua. En el interior, se ha reemplazado toda la carpintería, es decir, ventanas, puertas y marcos, como aconsejaba su estado de conservación. Asimismo, se ha instalado nueva cristalería, y se han eliminado todos los puntos de corrosión de la estructura metálica.
Inscripciones originales
Finalmente, el furgón ha sido rotulado con inscripciones originales, y pintado en uno de los tonos de gris que lucieron estos vehículos, adoptando el que se encontraba en el propio vehículo, bajo múltiples capas de pintura.
La restauración ha ascendido a 5.482 euros.
El furgón, ya restaurado, realizó su primer viaje como parte de la composición del Tren del Motín, que circuló con motivo de las fiestas de esta localidad, y que no es otro que el Tren de la Fresa, con la locomotora eléctrica 289-015 y los cuatro coches “Costa” tradicionales. El furgón se utiliza para labores auxiliares del tren.
Para el Jefe de Tren
En origen, este furgón, de dos ejes, estaba destinado al Jefe de Tren y al servicio de Mercancías en Gran Velocidad, lo que hoy día se conoce como paquetería. Circulaba en composiciones fundamentalmente de mercancías, y se empleó, en el transcurso de los años, en trenes Ómnibus, Correos y otros trenes de viajeros de pequeña entidad.
La caja es de estructura metálica, con los característicos largueros verticales y diagonales en chapa plegada, siendo su recubrimiento de madera contrachapada. En el centro de cada lateral, posee una puerta deslizante con su correspondiente estribo. Dotado en origen de freno de vacío y paso de calefacción vapor, en la actualidad cuenta también con freno de aire comprimido.
Interior diáfano
En su interior, disponía de una pequeña estancia para el Jefe de Tren, que aún se aprecia por la puerta de acceso independiente y por la ventana que sobresale de la caja del vehículo, cegada en el frente y acristalada en los lados –denominada “vigía”-, que le permitía tener una visión completa del tren desde dentro. En los laterales de la caja, y, en el extremo opuesto del Jefe de tren, se conservan las puertecillas en la parte inferior, que daban acceso a la perrera que llevaban estos furgones. En la actualidad, todo el interior es diáfano. Al incorporarse al Tren de la Fresa, se instalaron puertas de intercomunicación en sus testeros, que aún se conservan dada la labor de apoyo que realiza este furgón en la composición.